Rei de Espanha completa 75 anos

En el 75 cumpleaños del Rey de España.
Luis Yanguas reflexiona sobre el papel del rey de su reinado, una vida entera consagrada al servicio de España y de todos los españoles.

Texto: Luis Yanguas y Gómez de la Serna. Hoy día 5 de Enero, Su Majestad el Rey cumple 75 años. Siete décadas y un lustro al servicio de una única idea y de unos únicos valores, encarnados fundamentalmente en esa palabra de seis letras que ha guiado su vida desde que el Rey vio la luz por primera vez en Roma aquel lejano día de la Navidad de 1938, en plena Guerra Civil española, esa guerra fatídica que fue sin duda el desenlace terrible y sanguinario de uno de los peores episodios que ha sufrido España y que fue la II República.

Desde su mismo nacimiento, el Rey atravesó todo tipo de adversidades, provocadas fundamentalmente por el exilio de la Familia Real Española y por las vicisitudes a las que posteriormente sometió el General Franco tanto a él como a su padre y a toda la Real Familia a lo largo de casi cuatro interminables décadas. Y es que a los pocos años de ser bautizado por elCardenal Pacelli en la capilla romana de la Soberana Orden de Malta aquella fría mañana de enero del 38, Don Juan Carlos inició un largo vaivén de idas y venidas, trasladándose primero a vivir a Lausana para más tarde, con solo diez años y a raíz de un acuerdo entre Franco y Don Juan, ser enviado a España a continuar sus estudios en un ambiente exento del calor familiar y rodeado de instructores rígidos y burócratas del régimen.

A partir de su llegada a España, y ya de manera permanente en las décadas posteriores, el Rey se convertiría en un objeto al que Franco quiso utilizar a su voluntad, encontrándose en casi todas las ocasiones con la opinión enfrentada de Don Juan de Borbón, padre del Rey y heredero legítimo de la Corona en aquel momento, a quien el General mantuvo en un exilio vergonzoso y desabastecido durante la práctica totalidad de su gobierno. Pero aquella circunstancia, que conllevó muy distintos aconteceres y que difícilmente podría explicar en este breve texto, no fue motivo de grandes diferencias entre Don Juan y nuestro Rey, pues ambos supieron asumir una realidad que trastocaba la sucesión dinástica (entre otras cosas, Franco apartó a Don Juan de la sucesión en beneficio de su hijo), pero que representaba sin duda un sacrificio que ambos debían llevar a cabo en beneficio de España. Y aquí debo hacer mención especial a Don Juan de Borbón, padre del Rey, que tuvo que asumir en su vida circunstancias inmensamente duras para el gigantesco español que fue.

Don Juan Carlos, que asumió responsablemente su papel en el devenir de la historia, fue formado en los tres Ejércitos (Zaragoza, Marín y San Javier), y desde su ratificación como Príncipe de España y sucesor en la Jefatura del Estado (22 de julio de 1969), llevó a cabo una labor ingente en pos de su conocimiento pleno de la realidad de España y de los españoles. Posteriormente, tras proclamarse Rey una vez muerto Franco, Don Juan de Borbón renunció a sus derechos dinásticos y a la Jefatura de la Casa Real en favor de su hijo, reanudando de esta forma la dinastía histórica y convirtiendo al hijo de Don Juan Carlos, Felipe de Borbón, en el Príncipe de Asturias y por tanto sucesor de su padre a título de Rey.

Desde el momento de su coronación, el Rey se convirtió en protagonista indiscutible e inevitable de la actualidad de España. En primer lugar, los españoles hemos de agradecer al Rey la generosa renuncia unilateral que hizo a la práctica totalidad de los poderes que heredó de Franco, pues Don Juan Carlos quiso desde el principio ser el Rey de todos los españoles y para ello siempre estuvo convencido de la necesaria obligatoriedad de ceder el poder político al pueblo español, representado en las Cortes. Por otra parte, Don Juan Carlos representó el buque insignia que guió el transcurso de nuestra Transición, transformación política que derivó en nuestra democracia y en la que el Rey entendió a la perfección que había que dar cabida a todas y cada una de las facciones políticas de España, condición sine qua non para el restablecimiento de nuestra convivencia. Salvó a España del retroceso que habría supuesto el fatídico Golpe de Estado del 23 de Febrero de 1981 y sentó las bases de prácticamente todas las virtudes políticas de las que hoy disfrutamos, rodeándose casi siempre de excepcionales ayudantes, asesores y personas, y recibiendo el reconocimiento unánime a su labor de todas y cada una de las grandes potencias internacionales.

Tras la consolidación de nuestra democracia, el Rey ha representado sin duda el gran baluarte diplomático de España, llevando a cabo un papel indispensable para nuestro país en sus relaciones internacionales, así como favoreciendo y moderando en todo momento el buen funcionamiento de nuestra política interna y de nuestra vida parlamentaria. Además, el Rey y la Monarquía representan una institución crucial para la economía española, habiendo sido desde siempre los grandes impulsores para la consecución por parte de nuestro país de muchos de los grandes proyectos internacionales que hemos disfrutado en el pasado y que disfrutamos en el presente. A sus 75 años, edad a la que la mayoría de españoles llevan ya jubilados aproximadamente una década, los españoles podemos presumir de tener un Rey pleno de facultades, con una agenda anual que quita el hipo (www.casareal.es ), y con más ganas que nunca de seguir adelante, favoreciendo a España en nuestra política nacional e internacional y obteniendo para los españoles beneficios económicos que ni siquiera los gobiernos son capaces de conseguir (último ejemplo, el mayor contrato internacional de la historia de España. Arabia Saudí, Tren Meca-Medina. Casi 7.000.000.000 de Euros).

Por supuesto, y dado que vivimos en un país donde la envidia es el deporte nacional, siempre habrá indeseables, desinformados y zafios que no valoren al Rey ni a lo que representa. Siempre deberemos soportar necedades, mediocridades o simples mentiras. Algunos siempre preferirán criticar al Rey por practicar el noble arte de la caza, antes que preguntar qué negocios estaba llevando a cabo el Rey en nombre de España en dichas cacerías…No está hecha la miel para la boca del asno, y en una España que se vulgariza cada día más, los españoles de bien debemos acostumbrarnos a soportar las críticas infundadas de los republicanos de medio pelo, de los republicanos de siempre y hasta de los republicanos de nuevo corte derechista (cosecha de la democracia).

Y es que no es casualidad que nuestro Rey sea una de las personalidades del mundo más laureadas, habiendo sido reconocido y premiado durante los últimos 37 años por interminables instituciones, gobiernos y países. Si la revista Time llegó a decir de él que “Don Juan Carlos es uno de los héroes más improbables e inspiradores de la libertad del siglo XX”, el Rey ha recibido asimismo galardones de máxima importancia mundial, entre los que destacaría elPremio Carlomagno (1982), el Premio Félix Houphouët-Boigny para la Búsqueda de la Paz de laUnesco (1995), el Premio al “Estadista Mundial” de la Fundación Appeal of Conscience (1997), o más recientemente el Premio Estatal de la Federación Rusa (2011).

Por todo ello, y por el gran camino que le queda por recorrer, los españoles de bien nos alegramos de poder celebrar los 75 años de nuestro Rey y le deseamos una larga vida con un horizonte lleno de retos, de buen humor y de salud.

Viva el Rey de España.

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